jueves, 21 de febrero de 2013

Religión y sociedad hoy








Por: Yelena Rodríguez Velázquez
Parece obvio que la Iglesia Católica  puede aportar elementos positivos a las sociedades en medio de las
cuales vive. Pero, dado el caso de que en Cuba la relación de la Iglesia Católica en la sociedad es muy específica, la cuestión cobra un interés especial. Doy por descontado que cualquier aporte que haga la Iglesia Católica en Cuba a la sociedad será siempre dentro de los parámetros universales de la actuación de la Iglesia Católica en todas las partes del mundo.
La pregunta concreta es esta: ¿Qué aporte puede brindar la Iglesia Católica al desarrollo de la sociedad cubana actual?  Sobre este punto primeramente debemos sentarnos teniendo en cuenta  las condiciones concretas en Cuba hoy.
Específicamente en nuestra provincia la tradición católica de acudir a las misas los domingos reviviendo la cena ofrecida por Jesucristo con sus discípulos, no se ha perdido a pesar de los años. Aunque la mayoría que acude pertenece a la tercera edad, la iglesia católica Santa Catalina de Ricci ha rescatado a gran parte de la juventud de la "perdición" de nuestras calles y los educa y encamina en sus encuentros semanales por el camino del señor, teniendo en cuenta las dinámicas juveniles de la actualidad.
Sin embargo la pluralidad de religiones protestantes discriminan y atacan a diario las creencias católicas por la variedad y cantidad de errores que en el pasado se cometió, relacionándolas con la consecuente renuncia del Santo Padre, a quien se le llamó incluso nazi.



Respetando y llamando a la reflexión es necesario centrarnos en el papel directo de la iglesia con la comunidad, las prácticas diarias de solidaridad y humanismo, que es lo esencial. Incluso a pesar de las discrepancias entre las religiones es menester que sobre las conciencias caiga la idea de que existe un único Dios, el mismo que aboga por la justicia, igualdad y hermandad. Las variaciones y dogmas las ha puesto el mismo ser humano, tan imperfecto como el padre nos creó y que por sus imperfecciones continúa cometiendo errores a diario, dando sus propias interpretaciones a la Biblia y haciéndolas una regla de vida.

En la comunidad son muy importantes las relaciones afectivas, la comunión entre los miembros
de la misma, la amistad, la confianza, los afectos, todas aquellas cosas que hacen humana y agradable la
convivencia; eso es lo verdaderamente importante.

El que la Iglesia Católica cubana tenga el respaldo de toda la gran Iglesia universal, no la constituye en mayoría dentro del país, no la pone en una posición fuerte. Habrá que partir del hecho de que todo lo que la Iglesia Católica en Cuba haga de bueno o malo, lo hace una minoría cuestionada, sumamente débil desde el punto de vista político y popular.
El llamado al mundo, creyentes o ateos, católicos o protestantes, es la ayuda mutua y el cese de las contradicciones porque el único capaz de juzgar sabiamente y sin equivocaciones, no es el padre que habla en cada misa dominical, ni el pastor que clama !Aleluya! en los cultos; sino el que como tres fue ungido en Padre, Hijo y Espíritu Santo;ese que es uno y que no tendrá exclusividades ni contemplaciones sino para quien lo ame y trate a los otros con igualdad.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

En este blog no se permiten vulgaridades y se respetará la opinión de autores y comentaristas.