jueves, 14 de febrero de 2013

Feliz día del amor


¿Son tiempos de amor?
Por: Yelena Rodríguez Velázquez
 
Llega la fecha más esperada para los enamorados y algunas caras demuestran el desánimo de quien no espera un grandioso día. Algunos opinan que es un momento cursi y que el amor no existe en verdad. Otros se aferran a la idea de que la ocasión no es motivo de festividad, pues cualquier día se puede decir te quiero.
El primer grupo quizás no haya experimentado un amor de pareja intenso y por ello se decepciona de celebrar la fecha, sin tener en cuenta que festejar cada instante de la vida: la luz del sol, el beso de un niño, el abrazo de un amigo; es lo valeroso y lo verdaderamente importante.
El segundo tiene razón al decir que no es necesario un día específico para brindar amor; pero se equivocan al menospreciar este momento sublime de gritar a los cuatro vientos lo que siente el corazón.
La tercera edad, tal vez por su experiencia, no deja pasar por alto esta hermosa tradición que se remonta al siglo III en el Imperio Romano, cuando San Valentín, santo anfitrión cada 14 de Febrero, fue ejecutado por el emperador Claudio II, pues se oponía al decreto injusto de prohibir el casamiento de los jóvenes, considerados actos para servir a la patria.
La lucha de estos ángeles de cabello blanco se hace perpetua, cuando a diario se enfrentan a los avatares de la juventud que no mantiene las costumbres de las que ellos fueron protagonistas y a menudo se preguntan: ¿Son tiempos de amor?
Antes era muy importante la castidad hasta el consorcio como muestra de amor, respeto a la pareja y a los mandamientos de la Iglesia; y se realizaban casamientos a muy temprana edad. En la actualidad, la tradición ha desaparecido en muchas personas que ya no otorgan ese valor a la entrega corporal. Suelen establecerse noviazgos, sin previo casamiento, quedar embarazada y ni siquiera compartir la casa con el esposo, el cual no permanece a veces en la etapa de formación del bebé.
Por otra parte están los llamados “rebeldes” que no piensan en el matrimonio a temprana edad sino que permanecen solteros, haciendo locuras de juventud hasta encontrar quien le ajuste la cuerda de la diversión.
Aunque los tiempos han cambiado en la manera de expresar los sentimientos, la celebración del 14 de Febrero es una fecha que nunca pasa de moda.
Chicho y Juana Esther, mis vecinos, son un vivo ejemplo del verdadero amor. Han compartido por más de medio siglo de casados, desde las espinillas hasta las arrugas, los momentos más difíciles de sus vidas; y todavía brilla en sus ojos el amor que se tienen.
A pesar de lo cursi que pueda parecer para algunos y la indiferencia que sientan otros, el amor continuará siendo el sentimiento que inspira a poetas y enamorados. Amar a la familia, a la escuela, a la mascota o a los amigos, es lo que hace gratificante cada segundo de nuestro vivir. La sencillez y singularidad de un gesto, la sutileza de una flor y la calidez de un beso será siempre prueba insuperable de amor, lo mismo para el estoico más ordinario que para el corazón más blando.
San Valentín continuará viviendo en los corazones de los enamorados y renaciendo cada 14 de Febrero. La frase te amo jamás perderá su significado porque amar es encontrar en otra persona tu propia felicidad.



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