"Toda lengua es un templo en el que está encerrada el alma del que habla."
Oliver W. Holmes
Por: Claudia Montero
Hoy, 21 de febrero, celebramos
mundialmente el Día Internacional de la Lengua Materna; proclamado en 1999 por la Conferencia General de la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y celebrado por primera vez en el 2000, “promueve la preservación y protección de todos los idiomas que emplean los
pueblos del mundo, así como la diversidad lingüística y cultural y el
multilingüismo”. Esta fecha simboliza una manifestación de estudiantes, en 1952,
por el reconocimiento de la lengua Bangla como uno de los dos idiomas nacionales
de la entonces Pakistán. Los estudiantes fueron muertos a tiros por la policía
de Dhaka, la capital de lo que hoy es Bangladesh.
La lengua materna (lengua popular, idioma materno, lengua nativa o primera lengua) no es más que el primer idioma que consigue dominar un individuo, o sea, el primer idioma que aprende una persona. Se le denomina así, además, al dialecto que hablan los habitantes de determinada nación y a la lengua que se obtiene de manera natural por medio de la interacción con el entorno cercano. En el mundo existen países en los que una persona tiene más de una lengua materna. Por ejemplo, los habitantes del País Vasco aprenden a hablar, desde su nacimiento, euskera y castellano. Otros de los países en los que sucede esto es en Canadá y Paraguay. Conocer la lengua materna, base del pensamiento, es indispensable para el aprendizaje ulterior y la asimilación de segundas lenguas; además de que constituye el instrumento más poderoso para la preservación y el desarrollo de nuestro patrimonio cultural
En un
mensaje de Irina Bokova, Directora General de la UNESCO , señaló: “Este año, la UNESCO ha decidido examinar
los lazos entre la lengua y el libro. Los libros son una fuerza de paz y
desarrollo que hay que poner al alcance de todos. Son también herramientas
esenciales de expresión que participan en el enriquecimiento de las lenguas, al
tiempo que preservan la huella de la evolución de las lenguas en el transcurso
del tiempo. En la época de las nuevas tecnologías, los libros siguen siendo
instrumentos preciosos, manejables, resistentes, prácticos para el intercambio
de conocimientos, la comprensión mutua y la apertura al mundo. Son pilares de
las sociedades del saber y están a la vanguardia de la promoción de la libertad
de expresión y de la educación para todos.”
“El plurilingüismo constituye una fuerza y una oportunidad para la humanidad. Encarna nuestra diversidad cultural y fomenta el intercambio de puntos de vista, la renovación de las ideas y la ampliación de nuestra imaginación. El diálogo verdadero pasa por el respeto de las lenguas, y por este motivo la UNESCO trabaja para promover la utilización de las lenguas como motor del entendimiento mutuo. Alentamos la enseñanza en la lengua materna, que permite luchar mejor contra el analfabetismo y contribuye a una educación de calidad. La protección de las lenguas garantiza también la salvaguardia y la transmisión de los saberes singulares o autóctonos. Puede ser la vía para dotar a todas las personas de los medios para hacerse oír y para hacerse respetar, y es una fuerza de inclusión social.”