Por: Claudia Montero
El pasado 6 de febrero, fecha que no pudo pasar inadvertida en
nuestro blog, se conmemoró un año más del fallecimiento del “Príncipe de las
Letras Castellanas”: Rubén Darío.
Félix Rubén García Sarmiento, principal representante del modernismo
literario en lengua española, y conocido también como el “Padre del Modernismo”
por ser su iniciador, nació el 18 de enero de 1867 en la ciudad nicaragüense de
Matagalpa y falleció en León el 6 de febrero de 1916. Este poeta, considerado
el más trascendente que escribió en español fuera de España y que ha tenido una
mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX, cuenta entre sus odas
más importantes con “Azul”, “Sonatina”, “Lo fatal” y “Canción de otoño en primavera”.
Para los seguidores de la poesía de Rubén Darío, ahí les va uno de sus
poemas: Lo fatal.
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...
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